Que Viva la Música!

¡Viva la música! Es una novela para principiantes. Es la invitación a una fiesta sin fin, donde su protagonista hará descender al mundo al pozo sin fondo de sus propios excesos. Pero con felicidad. Con absoluta felicidad. Hay un pacto secreto con la muerte en este baile de María del Carmen Huerta, la rubia protagonista de sus páginas. Pero es la dulce muerte de las celebraciones: el paisaje, los afectos, la noche, la infancia que huye, la adolescencia triunfante, el rock and roll, los Rolling Stones, la salsa, Ricardo Ray, Bobby Cruz, las drogas, Cali (o Kali, dependiendo de la ortografía del narrador). Es, asimismo, una iniciación al descubrimiento de una ciudad colombiana (única, mágica e irrepetible), que comienza en el cielo del norte, con su Sexta Avenida, su parque Versalles y sus mágicos paisajes, hasta llegar al infierno del sur con su Panamericana. -La caseta americana, su río Pance, sus barrios más allá de Miraflores, su cordillera alada de los Andes y los refugios de la salsa y el sexo. vida el mismo día que tuvo el ejemplar publicado de esta novela. El tiempo pasó mucho más rápido de lo que anticipa la muerte. ¡Viva la música! se convirtió en un libro de culto, un manifiesto generacional y una especie de guía de los excesos, un manual de bajos instintos, un tesoro de la juventud perdida, que se lee con el placer de quien se lanza al abismo con un lema: «te subes el camino y luego colapsar».